Entre los factores que desincentivan el uso de las Oxl está la recurrente demora en la entrega de documentación por parte de las entidades públicas.
Desde el 14 de setiembre entro en vigor el nuevo reglamento para el mecanismo de obras por impuestos(Oxl), modalidad poco explotada desde su creación en 2008. Ante una situación desalentadora como la actual, con 2,346 obras paralizadas en todo el país, según Contraloría y una deficiente ejecución del presupuesto para inversión pública por falta de formulación de proyectos, las obras por impuestos pueden aportar cierta luz al final del camino.
El Oxl es un convenio entre una entidad del Estado y empresas privadas para que estas últimas financien y ejecuten proyectos de inversión pública, a cambio de que se les exonere de hasta el 50% de sus pagos por impuesto a la renta. Desde su creación se logró invertir S/6,300 millones a través de esta modalidad.
La inversión pública es clave porque permite la construcción de vías, hospitales, colegios, puentes y demás infraestructuras que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos más vulnerables, pero en los últimos 5 años, las entidades públicas han devuelto un tercio del presupuesto destinado para este fin. Es decir, más de S/100 mil millones no lograron ser invertidos por falta de capacidad para formular proyectos de inversión.
El mecanismo alcanzó su pico en 2016, pero a partir de este año las inversiones se desplomaron. En 2021 se invirtió poco más de la mitad (57%) de lo que se alcanzó en este año, incluso en 2020, apenas se llegó al 21% de lo invertido en 2016.
Entre los factores que desincentivan el uso de las Oxl está la recurrente demora en la entrega de documentación por parte de las entidades públicas, también hay falta de capacidad técnica de funcionarios en todos los niveles de gestión y el desconocimiento de la normativa provoca la paralización de los proyectos.
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